¿Quién no ha sufrido el asedio de una mosca empalagosa? Para deshacernos de ellas hay un remedio muy sencillo y natural:
Cogemos una superficie honda (por ejemplo, un plato de plástico), lo llenamos de leche (la medida de una taza de café) y añadimos una cucharada de pimienta negra y una de azúcar. Las moscas morirán al beber la mezcla.
¿Y para los insufribles mosquitos?
Atamos una ramita de espliego en la cabecera de la cama, en el marco de la puerta, etc. (donde queramos). El olor de esta planta aromática los mantendrá alejados.
¡Ya nos contaréis qué tal os han ido nuestros consejillos!